Se continúo utilizando la música litúrgica en latín. Se siguieron cultivando las viejas formas:
La Misa: Incluyendo las antiquísimas Cantus Firmus y Misas Parodia.
Dixit Dominus - Mateo Romero
El Motete: Autores que seguían la tradición clásica como Sebastián de Vivanco u otros como Sebastián López de Velasco atraídos por la policoralidad.
Sebastián de Vivanco - Veni, Dilecte me
Los Magnificat o Lamentaciones de Semana Santa.
El Villancico: se convirtió en una obligación para los maestros de capilla de las catedrales, en las diferentes fiestas solemnes. La utilización del lenguaje llano, danzas, carácter teatral, provocaron varios intentos de prohibirlos.
Al salir el Sol - Antonio de Salazar